La extraña desaparición de Esme Lennox

28 11 2023

Ya el título es extraño, pero al empezar a leerlo te das cuenta de que tienes que emplearte a fondo en la lectura para ir comprendiendo lo que pasa. Te vas encontrando que hay narradores distintos, por lo que cuentan tienes que ir adivinando quién habla.

Cuesta entrar en la historia, hasta que sucede algo grave, entonces comprendes que hay dos narradoras: la protagonista y su hermana, es decir, Esme y Kitty. Y hay una tercera que es la sobrina nieta, Iris.

Lo que se desprende del relato, nos asusta, con los ojos de hoy no es posible entender la ignorancia de, sobre todo de mujeres,de la sexualidad, tema tabú en esta época.

Nos preguntamos ¿Cuántas mujeres habrán sido internadas para acallar rumores en las distintas familias?

En este relato no se salva nadie: ni sus padres, ni el violador, ni los padres del chico, ni su hermana; todos ellos de acuerdo para evitar las habladurías y las consecuencias del hecho de la violación.

Todas las personas a las que Esme adoraba y quería, se pusieron de acuerdo para silenciar un hecho en el que ella era la víctima, sin ninguna culpa, y que para ocultar su trauma, la ingresan de por vida en una institución, la quitan el fruto de la violación, y no tiene siquiera la noticia de su hijo , ni de su familia.

En realidad es un rompecabezas que vamos construyendo a medida que vamos leyendo. En esto consiste la intriga, porque queremos saber que pasó para que una mujer acabase 60 años internada en un manicomio.

El relato más difícil es el de Kitty, ya que padece alzeimer y sus relatos no acaban, mostrando así su mente nublada por la enfermedad.

Dos preguntas claman por ser contestadas: ¿qué circunstancia llevó a la reclusión de Esme en un psiquiátrico cuando sólo tenía dieciséis años? ¿Por qué se ocultó su historia, su existencia, al resto de la familia? Los recuerdos de Esme, una anciana de memoria clara que no parece estar en absoluto “loca”, y los escasos momentos de lucidez de Kitty irán reconstruyendo, de una manera fragmentada que da saltos en el tiempo, la vida de las dos hermanas hasta el momento fatídico de la “extraña desaparición” de Esme: su infancia en India y la primera juventud en Escocia.

Es una novela de mujeres, que habla de la traición de una familia a uno de sus miembros. Es una crítica feroz y dolorosa a un tiempo.

Las citas al principio del libro, nos hablan de lo que vamos a encontrar: «Mucha locura es divina cordura para una mirada sagaz. Mucha cordura, la más rematada locura. En esto, como en todo, prevalece la mayoría. Asiente, y te considerarán cuerdo. Disiente, y de inmediato serás peligroso y atado con cadenas.»

Emily Dickinson

«Yo no podría ser feliz a costa de una injusticia cometida contra otra persona. ¿Qué clase de vida cabría edificar sobre tales cimientos?»

Edith Wharton





«Lo demás es aire» de Juan Gómez Bárcena

27 11 2023

Hemos tenido todo el verano para leer «Lo demás es aire», aunque algunos miembros ya lo estaban leyendo.

En junio tuvimos la ocasión ya de hablar del libro, pues fuimos invitados a Toñanes a casa de un miembro del club de lectura. En una reunión festiva, acogedora y con riquísimas viandas nos reunimos los miembros del club, varios profesores del IES y los padres del autor Emilio y Mercedes. Después de comer y en un día no muy apacible, dimos un paseo grande por todo el pueblo de Toñanes y acabamos en la casa del autor, en dónde sus padres muy amables y generosos nos invitaron a entrar y a recorrer toda la casa, con explicaciones sobre su restauración y trabajos realizados a lo largo de su vida.

A lo largo de la visita sentimos un poco estar invadiendo la privacidad de esta familia, pero la verdad es que después de leer el libros, nos imaginamos mejor, la visita de Emilio y Mercedes a su tío, la compra de la casa y los esfuerzos por integrarse en Toñanes, aunque ahora está bien claro, lo hicieron con todo el corazón y entrega.

El primer comentario de un miembro en la reunión fué: «De haber sido escritor, este es el libro que me hubiese gustado escribir».

Aunque es un libro muy local, es una pequeña obra de arte, te retrotrae a una época anterior, en un pueblo, en cualquier pueblo, de Cantabria o de Castilla, un pueblo pequeño.

Pero los temas que trata son universales, de todas épocas: sobre la familia, la mujer, el amor, el sacrificio, el silencio, las miserias humanas, los odios entre vecinos, los veraneantes, etc. y lo hace con gran sentido del humor.

Sabemos por sus padres que Emilio y Mercedes son ellos mismos, que cuenta su relación con Toñanes, la compra de su casa, su propio embarazo. Todo ello relatado con una sensibilidad especial.

Cuando habla sobre Julián de doce años, y su rechazo a los veraneantes , analfabetos de las cosas imprescindibles de los pueblos :

» Durante todo el año ha temido este día. Este momento preciso. Porque había de llegar, como llega cada verano, el regreso de los niños de la city, siempre el verano y siempre, con él los niños de la city. Como si no fuera suficiente ayudar a mamá a atropar y ensilar el verde, resallar las patatas, poner a secar la oca en el asfalto caliente de la carretera vieja; abonar el campo, como está haciendo justo ahora, con el tractor de su padre. El infierno es hacer todo eso y hacerlo además ante testigos, piensa Julián todavía con el motor encendido; los niños de la city…..Niños que se acercan muy despacio porque tienen miedo de pisar boñigas de las vacas o miedo incluso de las propias vacas. Niños a los que hay que explicar qué es atropar, ensilar, resallar, cosechar la oca, porque los de la city no saben nada».

«Pero no, la que vive en la casa de al lado es la francesita, que en eso de hablar raro se lleva la palma: <<Qué cosa loca>> dice cuando algo de Toñanes le parece extraño, que es casi siempre.

Los de la city tienen muchos nombres. Su abuelo se refiere a ellos como los señoritos, y hace ese gesto especial con las manos al decirlo, como de damisela a la que asquea el mundo. Otros los llaman forasteros. Los de la capi. Los golondrinos, porque son, por desgracia, aves de retorno, que escogen cada verano los mismos nidos. También los quincedías, porque eso es lo que al principio venían a quedarse, la extensión de su reinado sobre Toñanes. Pero luego quien sabe por qué, se fueron envalentonando, se enrocaron en sus manías, en su obstinación de comprar un terrenito en el campo o construirse una casita junto a los acantilados; a los quincedías empezaron a hacérseles cortos los quince días y desde entonces ha habido que sufrirlos todo julio y todo agosto. Algunas Semanas Santas. Los puentes largos.

También es muy interesante la historia del monstruo, y su relación en Fernando, el médico.

Y graciosa y bromista es la historia de Higinia y Manuela, dos mujeres enfrentadas a las que los mozos el primer día del año les cambian los carros y las yeguas.

«La primera mañana del año. La noche anterior se oyó hasta altas horas de la madrugada el ruido de las cencerradas y las algazaras. Los mozos cenaron caracoles a la montañesa y salieron a deambular por las callejas enmascarados a marear en las puertas de las casas, y luego, cuando al fin sonaron las doce campanadas de la iglesia, se arrancaron a tirar port la ventana los aperos inservibles -un cencerro sin badajo, un trillo que ha perdido todos los pedernales, una hoz herrumbrosa y ya sin filo.

Todo eso hicieron anoche y algo más.

Ese algo más es precisamente lo que preocupa a Higinia. Acaba de despertar en su cama con el primer albor del día, transida de inquietud y de frío, y mientras se calza los pies ateridos y se recoge el cabello canoso y se echa por encima de los hombros el mantón no acierta a pensar en otra cosa. Dios mío, murmura para sí, , que este año no. Que este año por fin ya. Que nos dejen de una vez por todas en paz. Sabe muy bien que no, que este año será lo mismo que los años anteriores, pero de todas formas se lo pide a Dios: por si acaso. Luego se acerca a la ventana, toma aire y descorre de un tirón la cortina.

– Carajo – dice.

Ahí está otra vez. Aparcado en la socarreña de la casa, un carro que no es el suyo. Atada al carro, una yegua que no es la suya tampoco. Dentro del carro, una leña que ella no ha tajado. Sabe muy bien a quién pertenecen todas esas cosas: a su mortal enemiga Manuela Villegas.»

En fin historias de los pueblos muy reales, que son de Toñanes pero que cambiando los nombres podían pertenecer a cualquier pueblo pequeño.

Un placer haber conocido este autor, leeremos más de él.